Sucedió en este fin de semana y por casualidad.
Estaba desayunando en casa, escuchando música, y de repente sucedió…
Concretamente, recuerdo que estaba pelendo y empezando a comer un mango (manga) y escuchando una selección de Sambas de Moacyr Luz, Paulinho da Viola, Batatinha…
Estaba desayunando en casa, escuchando música, y de repente sucedió…
Concretamente, recuerdo que estaba pelendo y empezando a comer un mango (manga) y escuchando una selección de Sambas de Moacyr Luz, Paulinho da Viola, Batatinha…
Ocurrió al empezar a sonar los primeros acordes de la canción “Nó na Madeira” de João Nogueira. Como por encanto, experimenté una emoción hasta ahora por mí desconocida.
Por unos instantes, sorprendido por aquella sensación nítida y fantástica, tuve la sensación como sí, movidos por un extraño resorte natural, todos mis sentidos y percepciones se pusieran de acuerdo. La alineación de los sentidos.
Fue como si por casualidad, hubiera encontrado alguna combinación oculta en el cosmos. Toda una sorpresa, a la que todavía no tengo explicación racional.
Virtualmente, había sacado Excalibur, la espada del Rey Arturo, de la piedra.
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Ahora, cuando empiezo a desayunar, comer, cenar, estoy absurdamente atento a las diferentes combinaciones de comidas, bebidas, etc., mientras escucho João Gilberto, Tom Jobim, Cartola, etc..., para ver si de repente, encuentro otra pareja perfecta.
Será que solamente ocurre una vez en la vida?
Aunque (como es lógico) el gusto personal forma parte importante y/o fundamental de los elementos a utilizar, mi fórmula magistral y mágica que quería compartir en Bossa Nova Clube, es:
Mango maduro, pelado, (comiéndolo con las manos) y escuchando “Nó na Madeira” de João Nogueira…, Uhmmm… Inolvidable!
Quieres probar?